WAGNER o De la ópera y las artes del futuro

En muy pocos se han invertido raudales de tinta sobre la vida y obra de un creador y hoy, hablaremos de un compositor que fue dominante durante la segunda mitad del siglo XIX.

RICHARD WAGNER

EL COLOSO DEL DRAMA MUSICAL O DE LA ÓPERA Y LAS ARTES DEL FUTURO

Veremos las generalidades de su vida y el porqué es una figura que forma parte ineludible de la historia de la música occidental; sobre el alcance de sus ideales y la transformación que originó en el universo de la música, en el pensamiento de su tiempo y del futuro.

Wilhelm Richard Wagner nació el 22 de mayo de 1813 en Leipzig, Alemania. El último de nueve hijos de Johanna Rosine Pätz e inicialmente del oficial de policía Karl Friedrich Wagner.

Sucede que Richard, es realmente hijo del amante de su madre: Ludwig Geyer, un artista y cantante de origen judío con quien finalmente se casa, luego de la muerte Karl y se mudan a Dresde.

Richard siempre estuvo rodeado de actores, músicos y artistas, aunque no mostraba predilección por dedicarse al arte.

No fue sino hasta 1828 que asiste a la presentación de la Novena Sinfonía “coral”, cuando se decidió por ser compositor, luego del impacto profundo que Beethoven ejercería en el joven Wagner.

Como no tenía formación alguna, se desarrolló como compositor autodidacta que, a semejanza de Berlioz, no tenía habilidad profesional con ningún instrumento. Era un mediocre lector de partituras y poco hacía como pianista. Pero aprendió mucho por sí mismo al revisar las partituras de Beethoven.

En 1831 tomó algunas lecciones de armonía y contrapunto con Theodor Weinlig, hasta agotar todos sus conocimientos y no poder enseñarle más.

Poco después, comenzó a escribir una sinfonía, una sonata para piano y óperas sin alcanzar éxitos, aún.

En 1834 aceptó el cargo de director de música en una compañía de Magdeburgo, iniciando así, su carrera profesional.

Allí conoció a la actriz Mina Planer (1809-1866) con quien se casó en 1836.

Wagner intentó imponer su voluntad a la compañía y a la ciudad, haciéndose de muchos enemigos y contrayendo enormes deudas.

Esta conducta sería su constante forma de vida. 

Mina no soportó la persecución por parte de los acreedores a su esposo y se fue con sus padres a Dresde.

A fines de 1837, consiguió un cargo en la Compañía de Ópera de Riga, tras lo cual, Mina se volvería a reunir con el maestro, pero para no variar, Wagner volvió a tener enemistades y deudas.

En 1839 fue despedido y tuvo que huir a Francia, dejando atrás a más acreedores, donde tuvo que aceptar trabajos menores para sobrevivir. Y desde luego, adquirió más deudas.

Fue periodista intentando sin éxito, representar sus óperas, a pesar del apoyo de Giacomo Meyerbeer (1791-1864), cuya opinión tenía peso en la vida artística del momento.

Por fin, buenas noticias. Gracias a la recomendación de Meyerbeer, la ópera de Dresde aceptó montar “Rienzi”, así que en 1842, luego de pedir más préstamos, viajan a Dresde, para conseguir su primer gran triunfo. Luego entonces, el Teatro de la Corte adquirió los derechos de la ópera

«El holandés errante» (Der Flegende Holländer), también conocido como el «Buque Fantasma», en el que Wagner ya trabajaba.

Para 1843 se instalaron en Dresde. Tras el estreno del Holländer, que no causó la misma sensación que Rienzi, Wagner fue designado segundo Kapellmeister de la Ópera de Dresde.

A partir de allí, comenzaría a trabajar en sus siguientes óperas: “Tannhäuser” y “Lohengrin”.

En 1848, excitado por la caída de la monarquía francesa y las teorías anarquistas del teórico político Mijaíl Bakunin (1814-1876), Wagner apoyó la insurrección de los revolucionarios de Dresde durante el «Levantamiento de Mayo», movimiento conocido como Primavera de las Naciones. Redactó discursos a favor de la eliminación del dinero y la realeza.

No se sabe si fue por un sincero interés por la difícil situación de los trabajadores o porque al eliminar a los capitalistas, automáticamente, se anularían sus enormes deudas.

El caso es que, toda vez que se sofocó el movimiento en 1849, se giró una orden de aprensión contra Wagner, por lo que tuvo que huir de Alemania.

Parte hacia Suiza, en donde comienza los libretos del proyecto “El anillo de los Nibelungos” (Der ring des Nibelungen), además de escribir entre otros ensayos, los más importantes tratados sobre sus teorías artísticas:

  • “El arte y la revolución”
  • “Ópera y drama”
  • “Una comunicación a mis amigos”
  • “La obra de arte del futuro”

Durante estos años de exilio, Wagner prácticamente vivió del dinero proveniente, principalmente, de mujeres impresionables como son el caso Julie Ritter y Jessie Laussot.

En 1858, Minna parte hacia Dresde para tratarse una afección del corazón, en tanto que Wagner se va para Venecia, donde inicia los trabajos de su ópera “Tristán e Isolda”, dando una pausa al ciclo del anillo.

Eventualmente, volvería a vivir en Francia, Biebrich, Viena, Rusia y Suiza, siempre perseguido por deudas.

En 1861, se levantó la prohibición política sobre Wagner en Alemania y finalmente, en este periodo, Mina lo había abandonado definitivamente.

Para 1864, tras años de viajes y huidas, obtuvo el favor del joven Rey Ludwig II de Baviera, quien pagó por todas las deudas de Richard, le asignó una pensión anual y le dio camino libre para producir sus óperas en Munich en condiciones ideales… Los días de oscuridad económica, habían terminado.

Wagner designó a Hans Von Bülow (1830-1894) como director de la Ópera de la Corte de Munich, quien llegaría con su esposa Cosima, que era hija de Franz Liszt, el amigo de Wagner.

Más pronto que tarde, se harían amantes.

Después de varios escándalos entre lo político, el adulterio y acusaciones de que se le habían entregado todos los recursos de Bavaria, Wagner se vio forzado al destierro en 1865, eso sí, con el goce total de los honorarios asignados por el rey.

Más tarde, en 1867, Richard y Cosima se establecen en una propiedad lujosa en Tribschen. Luego de que Cosima se divorciara de von Bülow, se casa con Wagner en 1870 ya contando con tres hijos de ambos.

Wagner soñaba con un festival permanente en que se presentasen sus óperas, así que él mismo diseñó y ordenó la construcción del Teatro de Bayreuth. Este incluye un foso orquestal único que se encuentra justo debajo del escenario, con lo que no interfiere la orquesta con la exposición vocal de los cantantes, ni distrae la atención del oyente.

El dinero fluía con lentitud, así que apoyándose nuevamente en el rey Ludwig, recibió los fondos necesarios para concluir el proyecto suscitando, nuevamente, extrema oposición en Bavaria.

No obstante, se realiza el primer festival de Bayreuth en 1876, donde se estrena el ciclo «El anillo de los Nibelungos«. Fue entonces el punto crítico en el destino de Wagner.

Todo eran alabanzas a la nueva música. Cada vez más, se escuchaban las óperas del maestro por todo el mundo. Wagner, había triunfado.

Ahora podía pasar gran parte de su tiempo en la Villa Wahnfried de Bayreuth y se volvió aún, más excéntrico.

En 1882, terminó su última creación: “Parsifal”, que tuvo su estreno mundial en Bayreuth.

Luego de esta obra, cansado, se fue a Italia para recuperar su salud. Sin embargo, el 13 de febrero de 1883, Richard Wagner, muere en la ciudad de Venecia.

Fue enterrado en Bayreuth acompañado por las notas de una orquesta que interpretaba la marcha fúnebre de “El ocaso de los Dioses”.

INFLUENCIAS SOBRE WAGNER

¿Qué o quiénes representan las mayores influencias sobre los gustos, el carácter y el pensamiento de Wagner?

Una primera influencia lo encontramos en Ludwig Geyer que, le transmitió su pasión por el teatro.

Beethoven le significó la senda del futuro al unir música y palabra, y había quedado impresionado por los elementos góticos de “El cazador furtivo” de Carl María von Weber.

Carl Maria Von Weber. Grandes Compositores de la Historia

Tomó de Berlioz sus conceptos sobre la orquesta y las armonías de Chopin, Mendelssohn y Liszt.

Chopin. Grandes Pianistas de la Historia
Liszt. Grandes Pianistas de la Historia

Adoptó ideales del filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860), cuando escribió que:

La música es la copia de la voluntad misma. Por eso, el efecto de la música es mucho más poderoso y penetrante que el de las otras artes, pues estas hablan solo de sombras, y en cambio la música habla por la cosa misma.

Del mismo pensador, le interesó su doctrina de la redención del alma a través del medio artístico, y también, el concepto del renunciamiento y la redención, que se manifiestan en sus óperas más importantes.

Por último, Friedrich Nietzsche (1844-1900) con sus conceptos de lo «apolíneo» (lo puro y clásico), lo «dionisiaco» (lo salvaje y romántico) y sobre la naturaleza transfigurada en el superhombre.

LAS CONTROVERSIAS

Wagner no sólo había elaborado escritos sobre música, sino también sobre teatro, literatura e incluso sobre temas morales y políticos. Sin embargo, lo más controvertido serían las ideas abominables vertidas en “El judaísmo en la música” de 1850, fortaleciendo cierta tendencia antisemita de la cultura alemana.

Le había dicho a Liszt que sus ideas, en principio, surgieron a raíz de que los críticos, decían que su obra tenía la enorme influencia de Meyerbeer, cuya música, decía Wagner, era débil por ser judía y lo mismo expresaba sobre Mendelssohn, pese a su conversión al cristianismo de este último.

Intentó echar por tierra la profunda deuda con ambos maestros a quienes antes veneraba. Tristemente, este pensamiento trascendió hasta las principales corrientes en que se apoyaron los protagonistas de la Alemania de la segunda guerra mundial.

WAGNER Y LAS CARACTERISTICAS DE SU OBRA

Wagner, había llegado al concepto de la obra de arte unificada, el drama musical, donde la música y el drama, son expresiones conectadas orgánicamente.

La poesía, el diseño del escenario, la puesta en escena, la acción y la música, trabajan juntos para formar la Gesamtkunstwerk (La obra de arte total).

Para esto, como Dios y los dioses son las primeras creaciones de la fuerza poética del hombre, todo el gran arte debía:

  • Basarse en la mitología.
  • La música, debe derivar del libreto.
  • No complace al público
  • Ni habrá exhibiciones vocales sin sentido, ni arias que detengan la acción.
  • Utiliza el concepto de «Leitmotiv», que es el tema musical fundamental que puede describir a los personajes, sus estados de ánimo, un objeto o una acción que se vuelve un motivo recurrente, una fuerza organizadora que se desarrolla a lo largo de la obra.
  • Modifica el tratamiento de la orquesta. En una ópera tradicional, las voces guían y la orquesta apoya. Ahora, la orquesta trasmite los aspectos internos del drama mientras el canto, los externos. El tejido orquestal es el principal factor de la música en tanto que las líneas vocales, forman parte de la textura. Equilibra entonces, la importancia de la orquesta en el drama.

Siendo un maestro del timbre orquestal, confiere una mayor dimensión a la gran orquesta.

Los cantantes tuvieron que aprender a trabajar con una orquesta operística de esta magnitud sin precedentes. Hubo vivas discusiones acerca de la voz humana y Wagner, puesto que imponía a los cantantes, exigencias “antinaturales”.

El ideal de Wagner como cantante, lo encontraría en el tenor

Ludwig Schnort von Carolsfeld (1836-1865), un joven apuesto de actitud heroica y con voz broncínea.

De hecho, los cantantes que pueden interpretar las obras de Wagner, deben contar con una gran potencia vocal y una extraordinaria expresividad dramática, por lo que voces ligeras, no pueden abordar la ópera wagneriana.

WAGNER Y SUS ÓPERAS

Wagner escribió música no operística como ya mencionamos anteriormente, pero desde luego, las obras que trascendieron son sus óperas y dramas musicales que, entre las que destacaron son:

«Rienzi» y «El holandés errante«, aún en las hormas de Meyerbeer y von Weber respectivamente, «Tannhäuser», en la que introduce un nuevo tipo de línea vocal semi-declamada, y «Lohengrin».

A partir de la llamada tetralogía o Ciclo del Anillo de los Nibelungos, es que aplica sus ideas del drama, cuyas partes la conforman: «El oro del Rin», «La valquiria», «Sigfrido» y «El ocaso de los Dioses».

«Tristán e Isolda» es la más implacable y abundante en símbolos: intensa, sensual, de gran riqueza armónica y grandiosa orquestación.

«Los maestros cantores de Nuremberg» es considerada la más humana de sus óperas. Su mensaje es claro y directo, ajeno al turbio simbolismo del anillo, y

«Parsifal«, de la que suele afirmarse que es una ópera tratada como si de un rito cristiano se tratara.

Pero de lo que sí se puede afirmar es que, Wagner, detestaba todos los tipos de ortodoxia religiosa. En todo caso, lo más cercano que tenía Wagner a un sentimiento religioso, era un indefinido panteísmo alimentado de los mitos heroicos germánicos.

WAGNER Y SUS AMORES

Me preguntarán ¿no hablarás de los amores de Wagner?… Por esta ocasión, puesto que hay muchísimo que comentar al respecto, lo haremos en un futuro como parte de la serie: En paños menores en YouTube, o bien, como podemos encontrar aquí mismo con ejemplos como «En la alcoba con Chopin y Mozart.

WAGNER Y EL ARTE DEL FUTURO

Bueno, y… ¿Qué es lo que hizo Wagner como para ejercer tanto predominio en el arte del futuro?

  • Llevó la ópera romántica alemana hacia nuevas costas.
  • Creó un lenguaje cromático predominante y
  • Sintetizó las técnicas del romanticismo temprano.

Gracias a esto, es que influenció profundamente en los compositores de las generaciones siguientes, tales como:

Richard Strauss, Anton Bruckner,

Gustav Mahler,

Hugo Wolf,

Antonín Dvorák, sobre la escuela francesa, e incluso en Claude Debussy y más allá, en Alban Berg.

Habiendo algo de mesiánico en Wagner, no solo cambiaría el curso de la música, sino que sus ideas impactaron en todas las artes.

El Leitmotiv sirvió como concepto de apoyo a los escritores simbolistas como Paul Verlaine o Estéphane Mallarmé, e influyó en que los artistas plásticos como Gustav Klimt entre otros, transfirieran a sus ámbitos el interés por las leyendas y los símbolos.

Wagner era un ser temible que representaba todos los aspectos desagradables del carácter humano y no hubo ningún compositor que exigiera tanto de la sociedad, tratándose de sus necesidades.

Tenía cierto grado de megalomanía que rayaba en el desequilibrio, pero esa condición lo elevó de ser «el artista», a un «héroe» que, pese al antirromanticismo que predominó en todas las artes después de 1920, su música, sigue siendo omnipresente y no ha dejado de ejercer influencia en nuestros tiempos.

Gracias por acompañarme en este viaje a través de la música y su historia. Tiempo de Música y Universo se despide… hasta la próxima.

Victor Villegas
@VicManVillegas

#VicManMusic #tiempodemusicayuniverso

#wagner #richardwagner #dramamusical #operaalemana #operaromantica #romanticismo #ciclodelanillo #tristaneisolda

Deja un comentario