En la alcoba con MOZART (en paños menores)

“… tengo la intención de dormir con mi querida esposita. Arregla delicadamente tu querido y dulce nido, porque mi pequeño compañero se lo merece de verdad. Aun cuando estoy escribiendo intenta deslizarse sobre la mesa. Ahora el pillo está tan caliente que arde y yo estoy casi sin poder controlarlo. Ven hacia mí en el próximo carruaje.”

Palabras escritas que parecieran proceder de algún texto erótico. Sin embargo, proceden de un precoz con la música y por lo visto, también en el «flirteo«. Son letras de nada más y nada menos que del celebre Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, mejor conocido simple y serenamente como Wolfgang Amadeus Mozart.

Concierto en tiempos de Mozart

Muchísimo se ha escrito sobre este compositor, desde los más diversos puntos de vista de la estoica historia de la música, el análisis musical, la teoría musical y hasta misteriosas teorías conspirativas, pero muy pocas veces desde el punto de vista humano, visceral y llanamente sexual.

Gracias a su condición de niño prodigio, era el consentido de las damas de la corte vienesa. A la misma María Antonieta, que en ese momento aún era una princesa de Austria, le había dicho: “Cuando sea hombre, me casaré contigo”. Lástima que perdería la cabeza en la revolución francesa. La propia hermana de Amadeus, María Anna “Nannerl” fungía como mensajera entre el genio y las damas de la corte.

Los biógrafos del genio mencionan que “Wolfgang”, el lobo en traje de oveja, era un fogoso que tuvo muchas debilidades. Que nunca aprendió a gobernarse y no tenía sentido, entre otras cosas, de la moderación ni la elección sensata de los placeres. No se molestaba en dar clases a cualquier mujer, con excepción de aquellas de las que se enamoraba.

Conforme creció su reputación, comenzó a tener intrigas con cada alumna que tenía, con actrices vivaces, cantantes a las que había escrito alguna canción y otras mujeres.

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«Voi che sapete» de Le nozze di Figaro, Cecilia Bartoli.

Se mencionan entre sus conquistas a mujeres con su misma condición: Roxalana Mizeri, a quién ya había visto en negligé antes de los 16 años de edad, Thérèse von Barisani, Rosa Cannabich y Josepha Auerhammer. Inclusive a la hija de un panadero de Salzburgo, lugar de nacimiento del compositor, que cuando se supo que Mozart quería pretenderla, fue enviada a un convento.

Tuvo quereres con María Anna Thekla (Bäsle), que aparentemente no era una “inocente” jovencita, pues el mismo Amadeus se refería a ella como una “Pfaffschnitzl” (placer de párrocos). Tuvo con ella una correspondencia candente. Mozart firmaba sus cartas como “Dein alter junger sauschwanz” (Tu viejo pito de cerdo joven). Al final del día, Bäsle terminó embarazada de un sacerdote y ya no volvió a encontrarse con el joven genio.

Constanze Weber

Mozart se mudó con la familia Weber cuando vivió en Mannheim. Intentó seducir a la mayor de las hermanas Aloysia Weber, que eventualmente hizo carrera como cantante, pero ésta le rechazó.

Tiempo después, con la edad de 26 años, Amadeus contrajo nupcias con la hermana de ésta: Constanze Weber cuando contaba la joven con tan solo 19 años en 1782.

Cuenta la leyenda que ésta fue una unión forzada. El padre de Constanze había muerto y su tutor, Johann von Thorwardt, director del teatro nacional de Viena y probablemente amante de su madre, elaboró un contrato de matrimonio que Wolfgan se vio obligado a firmarlo.

El joven Mozart viajaba constantemente por asuntos de trabajo y mantenía asidua correspondencia con su esposa. Sus cartas estaban llenas de exageraciones y alto contenido sexual. Precisamente el escrito con que iniciamos esta lectura fue escrita para su mujer.

En alguna otra ocasión le escribió, a propósito de su pronto regreso a casa: “La primera cosa que voy a hacer es tomarte por las nalgas, darte una sonora nalgada en tu pequeña nalga y la besaré”.

Sin embargo, eran largas las temporadas en que se ausentaba del hogar familiar, por lo que Constanze tomó como amante a su alumno de composición Franz Xavier Süssmayr, a quien se le atribuye la tarea de completar la inconclusa misa de Requiem que no pudo terminar Wolfgang.

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«Overtura» a Le nozze di Figaro, Leonard Bernstein

De igual forma y dado su temperamento, Mozart se vio en diferentes relaciones con cantantes de distintas casas de opera europeas: Josepha Duschek con quien se reunía en diversos países durante sus viajes, Henriette Baranius, Barbara Geri y Anna Gotlieb de quien se dice que, cuando tuvo noticias de la muerte de Amadeus, perdió la voz y se retiró de la opera.

Constanze, que tenía conocimiento de tales relaciones y hasta dejó que amara a las sirvientas, aunque no lo admitió sino muchos años después de viuda, de la única de quién se sentía verdaderamente celosa, era de la soprano británica Nancy Storage.

Si hacemos caso a la historia, encontramos que el maestro, además de crear un extenso catálogo de maravillosas composiciones en todas las formas existentes en su época, también tuvo una vida sexual muy nutrida y que seguramente, gracias a todas estas relaciones amatorias descritas, es que sus obras prodigiosas de por sí, resultaron en piezas de la más alta calidad, llenas de mensajes, interpretaciones, simbolismos, extenso colorido sonoro, innovadoras, evocación y sustancia.

Todavía tras la muerte de Amadeus, acaecida el 5 de diciembre de 1791, hubo un último escándalo en torno a la conducta del compositor pues en esta misma fecha, Franz Hofdemel, amigo y acreedor de Wolfgang, se entera de que su esposa Magdalena Hofdemel está misteriosamente embarazada.

Al regreso del entierro de Mozart, Hofdemel acuchilla a su esposa Magdalena que milagrosamente sobrevive al ataque, pero Franz, se suicida.

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«Piano Concerto No. 21», Herbert von Karajan, piano & conductor

Victor Villegas
@VicManVillegas

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Información:

Schonberg, Harold C. «Los Grandes Compositores»
Cawthorne, Nigel. «Vida Sexual de los Grandes Compositores»