SCHUBERT. Paradigma del Compositor Bohemio Romántico

El día de hoy, tendremos el acercamiento a un compositor que si bien, al menos durante todo el último siglo, su creación ha estado presente en las salas de conciertos y en los salones de clases de escuelas y conservatorios de música, todavía ahora, el estudio de su historia no alcanza a clarificarse del todo y es, fuente de discusiones.

Se presume que fue uno de los primeros románticos, aunque no fue lo suficientemente valorado en su tiempo, sino hasta al menos cuarenta años después de su muerte.

Hablamos de un bohemio que se convertiría en, el arquetipo del compositor vienés del siglo XIX:

FRANZ PETER SCHUBERT

El Paradigma del Compositor Bohemio del Romanticismo

Mucho se ha escrito sobre Schubert. Siempre acerca de los aspectos externos de su vida, pero muy poco se puede comprobar sobre lo que dijo, sintió o pensó.

Dejó muy pocos escritos y, a la fecha, pese a todos los estudios y especulaciones sobre el compositor, continúa siendo una figura un tanto indefinida… un ente casi misterioso.

Es por esto que, la mayoría de los biografos, concentran la atención en la música, más que en el hombre.

Y a lo largo del presente, abordaremos algunas incógnitas como: ¿Quién era Schubert? ¿Cómo era la personalidad del compositor? ¿Qué determinó la rapidez con que culminó su breve existencia? ¿Cuáles fueron los alcances de su influencia en la posteridad? ¿Qué géneros musicales abordó?

Además, descubriremos sobre las especulaciones sobre su enfermedad y otros detalles que fui descubriendo mientras investigaba sobre este interesante compositor.

DATOS DE ÉPOCA

Durante los finales del siglo XVII y principios del XIX, Europa estaba en constantes ejercicios bélicos. Época de las guerras napoleónicas en las que estaban comprometidos entre otros: Francia, Austria, Rusia y Gran Bretaña.

No obstante, durante las dos primeras décadas del siglo XIX, tiempo de desarrollo de Schubert, la vida artística europea, estaba centrada en Viena, Austria.

A juicio de los vieneses, Beethoven, era el hombre.

Muchos miembros de la aristocracia imperante, mantenían sus propias orquestas y sus salones musicales.

El minuet, el ländler y la contradanza, eran las formas de la danza más populares, hasta que en 1815, llegó el vals para instalarse en Viena como la ciudad del Vals.

Un numeroso grupo de la clase media culta, comenzó a participar en la actividad musical, asociándose con los compositores, transformando la música en parte esencial de la vida.

La música, abandonaba las cortes y los salones para ingresar en las plazas públicas y de pronto, comenzó a convertirse en un fenómeno burgués.

DATOS GENERALES

Les menciono aquí, algunos datos generales cronológicos del compositor

  • 1797. FRANZ PETER SCHUBERT, nace en Himmelpfortgrund, un suburbio pobre de Viena en Austria. Fue el decimosegundo hijo de entre catorce hijos del matrimonio entre María Elisabeth Katharina y el profesor Franz Theodor Florian Schubert, aunque solo cuatro de ellos, llegarían a la edad adulta.
  • 1802. Con la edad de seis años, Franz ingresa a la escuela de su padre y recibe sus primeras lecciones musicales, gracias a las enseñanzas por parte de su progenitor y su hermano Ignaz Schubert, pues que mostraba grandes dotes musicales
  • 1804. Para este año, Schubert es capaz de tocar la viola y el violín con los cuales participa en el cuarteto familiar. Tan excelente músico era, que se daba el lujo de corregir tímidamente los errores de su padre.
  • 1808. Gracias a la recomendación de la entonces principal autoridad musical de Viena, Antonio Salieri, quien lo escuchó cantar y de inmediato reconoció su talento, ingresó al Seminario Imperial (Stadtkonvikt) con una beca como soprano para el coro.
  • 1812. Muere la madre de Schubert.
  • 1813. Luego de que, con la llegada de la adolescencia, cambiase la tesitura soprano de su voz, fue “invitado” a dejar el coro, pero continuó en el Stadtkonvikt debido a su beca. Gracias a esto, obtuvo mucho más tiempo para dedicarse a componer.
    Cabe destacar, que durante su infancia, compuso muchas piezas musicales, que lamentablemente, se extraviaron y ya no queda constancia de esas creaciones.
    Sin embargo, en el transcurso de este mismo año, renunció y volvió a la casa paterna, donde se vio forzado a prepararse para seguir la carrera de maestro de escuela, aunque no dejó de tomar clases de composición con Salieri de manera particular
  • 1814. Entre los diecisiete y los diecinueve años, Schubert compuso, por puro gusto, poco más de trecientas obras, sin importar que no fueran destinadas para obtener ingresos, ni tomadas por los editores de música.
    Compone su primera pieza destacada y considerada perfecta, Margarita en la Rueca (“Gretchen am spinnrade”) con un poema de Johann Wolfgang von Goethe.
  • 1815. Compuso con regularidad y creó música sacra, su primera sinfonía y, una tras otra, alrededor de ciento cuarenta canciones, conocidas como Lieder, entre las que sobresale El Rey de los Alisos “Der Erlkönig”, con el poema homónimo de Goethe.
    Entre 1815 y 1818, fue ayudante en la escuela de su padre, a pesar de que detestaba estos estudios y dicho trabajo.
  • 1816. Escribe su Sinfonía número 5 y, hay quien dice, que luego de escribirla, se resuelve por dejar la enseñanza y dedicarse a la música por entero.
  • 1818. Schubert se retira definitivamente de la enseñanza para incorporarse a los círculos bohemios vieneses.
    Este año, se aloja por algunos meses en Zseliz, ahora Želiezovce en Eslovaquia, el palacio del conde Johann Karl Esterházy, primo de los príncipes Esterházy. Los mismos que fueron patrones del compositor Joseph Haydn.
    Schubert había sido contratado como sirviente encargado de la educación veraniega musical de las hijas del conde.
    Al término de esta encomienda, Schubert se resuelve por vivir con su amigo Johann Mayrhofer.
  • 1822. Contrae sífilis
  • 1823. Compone su primer ciclo de lieder de gran escala, La Bella Molinera (Die shönen müllerin).
  • 1824. Schubert, enfermo, es invadido por una gran tristeza, amargura y depresión.
    Escribe a su amigo Leopold Kupel Wieser: “Creo que soy el ser más infeliz y miserable del mundo… un hombre cuya salud, no volverá a ser lo que era… un hombre cuyas esperanzas se han desvanecido. Todas las noches, confío en no despertar ya nunca.”
  • 1825. Compone el ciclo La Dama del Lago (Liederzyklus vom Fräulein vom See Op. 52)
  • 1827. El 26 de marzo de este año, muere Beethoven y Schubert, fue uno de los veintiocho músicos portadores por turnos del féretro del maestro, que conducían hacia su morada final.
  • 1828. Enfermo, Franz con ayuda de sus amigos, ofrece por única ocasión, un concierto exclusivamente con su música.
    El 19 de noviembre, Franz Schubert, con tan solo treinta y un años de edad, muere en la ciudad de Viena.

DESCRIPCIÓN DE SCHUBERT

Ahora bien ¿Cómo describen a Schubert los historiadores?

La descripción tradicional con que refieren a Schubert, es que era sencillo, generoso, bonachón, ingenuo, afectuoso y honesto, aunque con el tiempo, desarrollaría simultáneamente cambios de temperamento, como ya veremos más adelante.

Dicen también, que era un hombre de muy corta estatura y parecía un muñequito que, con el tiempo, engrosó su cuerpo, al punto de apodarle “schwammerl” (hongo), por gordito.

Tenía cabello castaño, rizado y su cara redonda tenía un mentón con hoyuelos, además de tener una vista deficiente, por lo que usaba anteojos.

Pero eso sí, inspiraba la fiera lealtad de sus amigos y despertaba en las mujeres, un ansia de dispensarle una especie de protección maternal.

Su carácter era taciturno y reservado, pero con una personalidad afable y animador.

LAS INFLUENCIAS MUSICALES EN SCHUBERT

Ninguno de los compositores de su tiempo podían evitar del todo, la influencia de Beethoven, Mozart y Haydn.

De hecho, el mismo Schubert profesaba una gran admiración por Beethoven, claro está que, desde una distancia segura.

Dice una de las leyendas urbanas, desde una visión “romántica” eso sí, que Schubert vivía cerca del maestro y que, alguna vez, se cruzaron por la calle.

Sin embargo, Schubert con timidez, se limitó a bajar la mirada y seguir su camino. Si estos dos hombres se vieron más de una vez, la historia no tiene registros de ello.

No obstante, la influencia del genio de Bonn sobre la música de Schubert, es tan escasa como el contacto personal que existió entre ambos.

Después de experimentar con las formas y texturas de Haydn y Mozart sobre su música primigenia, Schubert, sin volver la vista a atrás, siguió su propio camino.

Más tarde, Schubert había leído algunas piezas de Handel. “Ahora comprendo por primera vez, lo que me falta”, se decía así mismo. Así que se decidió por estudiar contrapunto riguroso con el teórico Simon Sechter.

Hay quien dice que recibió esta instrucción durante sus últimos días, y otros mencionan que, no llegó a recibir estas clases, debido a que fue Schubert sorprendido por la muerte.

Lo que sí, es que es uno de los melodistas más grandes de la música.

Luego entonces, podemos afirmar que la música de Schubert, era extremadamente original.

SCHUBERT & Co. LA VIDA DEL BOHEMIO

Dicen los que saben, que en el trayecto entre la adolescencia y la madurez, Schubert, mostró un interés creciente por la poesía, la filosofía, las artes y la política. Esto determinó el tipo de amistades con los que Franz compartiría la existencia.

Schubert, a diferencia de Beethoven, rara vez se vinculaba con la aristocracia. Se sentía cómodo, solamente con la burguesía y los círculos bohemios artísticos, que eran conformados por músicos, poetas y artistas.

Estos círculos sociales, giraban en torno a la unión por los ideales de educación, superación y validez morales.

Entre ellos se encontraban Johann Mayrhofer, Franz Grillparzer, Moritz von Schwind, Franz Lachner, Franz von Schobert y Johann Vogl, un barítono que junto a la cantante Anna Milder, comenzaron a presentar en público, las canciones de Schubert.

Schubert, rara vez tenía dinero, por lo que se alojaba en casa de sus amigos y pasaba mucho tiempo en los cafés “El ancla” y el “Bogner”, que eran sus favoritos.

Nunca tuvo un piano propio.

Con sus más íntimos amigos, Schwind y Eduard von Bauernfeld, tenían un acuerdo de comuna. Se compartían toda la ropa y quien tuviera fondos en el momento, se hacía cargo de las cuentas.

Esa era la “vie de bohéme”.

Las reuniones que solían realizar Schubert y sus amigos, fueron organizadas por Josef von Spaun, Johann Voght, Johann Senn,  Morithz von Schwind y Anselm Hüttenbrenner, que a partir de 1821, eran muy conocidas por toda Viena.

A estas veladas las bautizaron con el nombre de Schubertiadas (“Schubertiaden”).

Estas, eran veladas patrocinadas por los amigos de Schubert, en las que sólo se escuchaba su música, entre canciones, música para piano y de cámara.

De tan gran alcance fueron que, a la fecha, se siguen organizando estos eventos.

Trio para Piano No. 1

Un 26 de marzo de 1828, sus amigos lograron alquilar un salón para que Schubert ofreciera su único concierto público.

Este concierto no obtuvo la atención de la crítica, ya que tres días después, se vio eclipsado por la presentación del violinista virtuoso Paganini, quién con tal éxito, repitió trece fechas más, acaparando totalmente el escaparate periodístico.

SCHUBERT Y SU MANERA DE COMPONER

Schubert escribió un gran caudal de música y se alude constantemente a la velocidad de componer que tenía el maestro.

Si bien, hay estudiosos recientes que dudan de esto, no hay motivos para descreer de las versiones contemporáneas que aluden a su rapidez.

Todos coinciden en que Schubert, al componer, desplegaba la máxima intensidad.

Cuenta una de tantas leyendas que, Spaun y Mayrhofer, encontraron leyendo a Schubert un poema. Que se paseó un par de veces a lo largo de su estancia con el libro entre sus manos y, de pronto, se sentó, tras lo cuál, en un santiamén, estaba escrita y terminada una balada sobre el papel.

Corrieron hacia el piano del seminario, pues Schubert no contaba con ningún piano en casa y esa misma noche, El rey de los Alisios (Ernkönig), fue cantada y recibida entusiastamente.

SCHUBERT ENTRE LAS FORMAS Y GENEROS INSTRUMENTALES

Schubert intentó entrar en el teatro vienés, para lo cual, compuso ópera alemana, pero el tiempo no le era favorable.

A fines de 1816, Rossini irrumpió desde Italia con arrebatado entusiasmo.

Posiblemente si Schubert hubiese contado con un libretista capaz, hubiera obtenido una oportunidad, pues dicen los expertos que los libretos son tan malos que, no es posible representarlos. Y ya era opinión compartida aún, en su tiempo.

Un crítico del “Conversationsblatt” en un artículo de 1820 sobre una de sus óperas, El Arpa Mágica (“Die Zauberharfe”), destacó que era tan ridículo el argumento. Escribieron:

“¡Qué lástima que la música maravillosamente bella de Schubert no haya encontrado un tema más digno de ella!”.

Schubert, compuso en todas las formas, excepto el concierto.

Una de las razones es, por que durante ese periodo, los mismos compositores eran quienes ejecutaban sus propias obras y aunque indudablemente Schubert era un muy buen pianista, ciertamente no tenía las cualidades del virtuoso de la época.

Por otro lado, se llegaban a menospreciar las cualidades técnicas de Schubert, basados en que se apartaba del ideal clásico, es decir, de la organización y la fuerza halladas en Beethoven. Por lo tanto, que nada sabía de la “forma” sonata.

Todos los compositores creaban conciertos, sonatas y sinfonías bajo el dominio de Beethoven y la memoria de Mozart.

Schubert, de instinto lírico, por supuesto que no se sentía cómodo dentro del yugo de la sonata.

Sin embargo, durante un tiempo acató las exigencias. Así que muchos de sus cuartetos, sinfonías y sonatas, son obedientes de la forma, aunque después, en la gran sonata en do mayor o la sinfonía inconclusa, ya había unificado y perfeccionado el contenido a su propio tipo de sonata, tal y como Beethoven lo había hecho para sí mismo en su tiempo.

A propósito de las sinfonías, cuenta la leyenda que, Schubert compuso la llamada Sinfonía Gmunden-Gastein, pues la había trabajado en ambas ciudades durante unas vacaciones, pero de la cual, no se tienen pruebas reales pues el manuscrito jamás apareció.

Alguna vez, se especuló la teoría de que el Gran dúo para piano a cuatro manos, era la reducción de dicha sinfonía, aunque al día de hoy, ya no se toma en serio.

Sin embargo, la opinión que sí se considera factible, es que esta sinfonía es en realidad, la primera versión de la Gran Sinfonía en do mayor, compuesta en 1825.

Sobre la favorita sinfonía “inconclusa”, igualmente se han gastado muchos litros de tinta, tratando de explicarla… sin tener total éxito.

Se sabe que dicha sinfonía, era dedicada a la Sociedad Musical de Graz en Austria, misma que había hecho de Schubert un miembro honorario y que este, a su vez, entregó la partitura a Anselm Hüttenbrenner, para hacérsela llegar a dicha sociedad.

Nadie sabe si lo hizo o no.

Sin embargo, la obra estuvo en posesión de Hüttenbrenner hasta 1865, cuando el director de orquesta Johann Herbeck, le convenciera de cederle la partitura a cambio de que este, interpretara en un concierto en Viena, alguna obra de Hünttenbrenner.

¿Sólo dos movimientos?

Bueno, tampoco se sabe a ciencia cierta si Schubert, solo entregó dos movimientos.

Una teoría dice que el compositor enviaría los movimientos restantes más tarde.

Otra creencia menos verosímil, dice que Schubert consideró que no podría mejorar los dos movimientos y que por ello, desistió de completarla. Pero el maestro no trabajaba así, además de que el manuscrito existente, contiene bocetos de un tercer movimiento.

Las creencias más aceptable son que, Hünttenbrenner hubiese perdido los dos últimos movimientos, o bien, que Schubert la suspendió debido al inicio de su enfermedad.

Sinfonía «inconclusa»

El día de Año Nuevo de 1838, Ferdinand, el hermano de Schubert, permitió que de entre una gran pila de manuscritos, Robert Schumann, quien ya sabía de la existencia, se llevara la partitura de la “Gran” Sinfonía novena en do mayor.

El 29 de marzo de 1839, Mehdelssohn dirigió esta gran creación, con motivo de su estreno mundial en Leipzig.

Existen pruebas de que anteriormente, en 1928, Schubert la habría ensayado, pero que la archivó, en el entendido de que era excesivamente difícil.

Cabe destacar que su empleo de la orquesta, exhibe mayor confianza y libertad que son características de la visión del maestro, cada vez más amplia.

Schubert, ya comenzaba a apuntar hacia el romanticismo.

Sinfonía No. 9 «Grande»

En la reseña que escribiera, a propósito del estreno en Leipzig, mencionó:

“La sinfonía provocó en nosotros un efecto que no conocíamos desde los tiempos de Beethoven. Quizá tengan que pasar años antes de que la obra sea bien comprendida en Alemania, pero no hay peligro de que se la ignore o se la olvide. [La Sinfonía «Grande»] Encierra en sí misma, el núcleo de la juventud eterna”.

Robert Schumann

La fuerza desencadenada por esta gran sinfonía, también se manifiesta en sus dos últimas misas. Una, la Misa en la menor de 1822 y la otra, su más grande e impresionante Misa en mi bemol de 1828, de donde se desprende un tremendo impulso en el Gloria, cuyo Dominus Deus, alcanza superioridad al utilizar muy inquietas modulaciones, propias de Schubert.

«Kyrie» de la Misa en Mi bemol

Algunos comentaristas mencionan que solo una persona realmente religiosa, pudo haber compuesto estas dos misas.

Sin embargo, pese a haber sido bautizado al catolicismo a los dos días de nacido, los estudiosos dicen que Schubert era agnóstico y, en todo caso, no era un asiduo concurrente de la iglesia. Que, si profesaba cierto tipo de religión, lo mantuvo en riguroso secreto.

En la música de Schubert, a menudo se transcribe una suerte de melancolía pero siempre, rigurosamente melódica.

Y son claros los ejemplos en sus valses y tríos para piano, sus cuartetos, su Fantasía en fa menor para dúo de pianos, su Quinteto “La trucha” o en su hermoso Octeto para cuerdas y vientos.

Octeto en Fa mayor

No dejes de visitar la próxima entrega de este acercamiento a FRANZ SCHUBERT, el arquetipo del compositor romántico bohemio del siglo XIX, en la que concluiremos con la historia de la vida y obra de este magnífico compositor: SHUBERT. El Paradigma del COMPOSITOR ROMÁNTICO (segunda parte final)

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Victor Villegas
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